Puedo manejar y tomar helado al mismo tiempo,
puedo cocinar, chupar un dulce y hablar por teléfono,
puedo trabajar por horas sin descanso,
puedo bailar toda la noche con la misma energía sin variar,
puedo comprender con manos abiertas al resto y entregarme por completo,
puedo disciplinarme para lograr una meta…
puedo imaginar que descansa con la estrella que viene cerca de la costa,
puedo comprender que aleje su vida de la mía sin comprender lo que hay por dentro,
puedo quedarme sola tratando de evitar las tediosas esperas
sin molestar ni a la brisa que me evita,
puedo deletrear las letras que componen el pasado
sin mencionar de nuevo las frases que marcan mis secretos...
los que a día revuelcan los minutos de mi vida...
y los que me matan por haberlos confiado...
puedo comprender que quiera lastimarme o detestarme,
puedo engullirme en mi llanto por horas, días, semanas enteras
sin notificar a la partícula mas cercana...
y me doy cuenta que no puedo confiar ni en la gota de mi frente...
y a quién le importa si me desvelo por la llaga abierta,
o si mi sol me acaricia fuerte abriendo mis mas confiadas carcajadas…
puedo caminar pensando en 5 mundos diferentes,
puedo volar despierta, soñar dormida soñando despierta
y jugar en las creaciones de mi mente,
puedo distorsionar lo que creo, destruir mis mundos y volverlos a crear como me plazca,
puedo crear historias enteras con solo ver pasar
y cambiar mi estado en cuestión de segundos,
puedo disfrutar con pequeños rayos de sol
que me ofrecen ese calorcito sentido
y puedo crear mi dragón enfurecido como un volcán activo,
puedo comprender y escuchar a pecho abierto...
lo que no puedo evitar, certera lo grito a destiempo...
son los pinchazos en el pecho, el nudo que sofoca mi aire, la desfiguración de mi rostro al desliz de las gotas saladas, la falta de sensatez y el dolor que el instante me toca.
El fluir del lenguaje de los latidos que me susurran y me indican lo que necesito hacer que en la mayoría de los casos no dan razón alguna y me llevan a la inevitable caída.